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Responsabilidad Civil Extracontractual: Qué Debes Saber
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Responsabilidad Civil Extracontractual: Qué Debes Saber
La responsabilidad civil extracontractual es un concepto legal que se refiere a la obligación de resarcir los daños que causas a otra persona cuando no existe un contrato de por medio. En términos sencillos, si por acción u omisión ocasionas un perjuicio a alguien sin mediar una relación contractual, debes reparar ese daño.
Este principio aplica a situaciones cotidianas, desde accidentes de tránsito hasta incidentes en tu propia casa, y puede tener consecuencias económicas significativas.
A continuación, exploramos qué implica la responsabilidad civil extracontractual, en qué se diferencia de la contractual, ejemplos comunes y cómo proteger tu patrimonio ante estos riesgos.
¿Qué es la responsabilidad civil extracontractual?
En el ámbito jurídico, la responsabilidad civil extracontractual, también conocida simplemente como responsabilidad civil delictual o aquiliana, es el deber legal de reparar un daño causado a otra persona sin que exista un contrato previo entre ambas.
De acuerdo con el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, se trata de la obligación de indemnizar a quien haya sufrido un perjuicio por nuestra culpa o negligencia, fuera de cualquier relación contractual.
En otras palabras, si ocasionas un daño involuntario o intencional a terceros (ya sea a sus bienes o a su integridad) sin que medie un contrato, estarás incurriendo en responsabilidad civil extracontractual y tendrás que responder por ese daño.
Marco legal en el Perú: En el Perú, la responsabilidad extracontractual está regulada por el Código Civil.
Específicamente, los artículos 1969 al 1988 establecen que toda persona que cause un daño a otra por dolo (intención) o culpa (negligencia) tiene la obligación de indemnizarla.
Esto significa que si, por ejemplo, manejando de forma imprudente causas un accidente, la ley peruana te exige reparar los daños ocasionados.
Para que proceda esta responsabilidad deben concurrir ciertos elementos básicos: un acto ilícito o antijurídico (es decir, contrario a la ley o al deber general de no dañar), la existencia de un daño real (ya sea material o personal), una relación de causalidad entre tu acción y el perjuicio, y un factor de atribución (generalmente la culpa o el dolo).
Si faltara alguno de estos elementos (por ejemplo, si no hubo daño efectivo, o no fue por tu culpa), no estarías obligado a indemnizar.
Diferencia entre responsabilidad civil extracontractual y contractual
Es importante distinguir la responsabilidad extracontractual de la responsabilidad civil contractual.
La responsabilidad civil contractual surge del incumplimiento de un contrato: si firmas un contrato y no cumples lo pactado causando un perjuicio a la otra parte, deberás repararlo por responsabilidad contractual.
En cambio, la responsabilidad extracontractual nace de un hecho ilícito no relacionado con un contrato previo, como un accidente o un acto negligente fortuito.
En la práctica:
Origen del deber de resarcir
En la responsabilidad contractual hay una obligación previa estipulada en un contrato; en la extracontractual, el deber de indemnizar aparece porque se violó una norma general de no dañar a otros, sin que existiera relación previa.
Carga de la prueba
En casos contractuales, el deudor (quien incumplió) suele tener que demostrar que actuó diligentemente o que el incumplimiento no fue su culpa.
En casos extracontractuales, la víctima debe probar el daño, la negligencia del causante y el nexo causal entre ambos.
Plazos para reclamar (prescripción)
Otra diferencia crucial es el tiempo que se tiene para exigir la indemnización. En la vía contractual, la ley peruana da hasta 10 años desde el incumplimiento para demandar daños.
En cambio, los reclamos por daños extracontractuales prescriben en solo 2 años desde que la víctima conoció el daño y al responsable.
¡Ojo! Esto significa que, si sufres un daño por culpa de otro (sin contrato), tienes un periodo relativamente corto para iniciar acciones legales.
Criterios de responsabilidad
En ambos tipos de responsabilidad existen factores subjetivos como la culpa o el dolo. Sin embargo, en la extracontractual también pueden aplicar criterios objetivos en ciertos casos, como la llamada responsabilidad objetiva o "riesgo creado".
Por ejemplo, el dueño de una actividad riesgosa responde por daños aunque no haya negligencia directa, simplemente por el riesgo inherente de su actividad.
En resumen, la responsabilidad civil contractual depende de una violación de contrato; la extracontractual, de la violación del deber general de no causar daño.
Ambas buscan el mismo fin: que quien cause un perjuicio compense a la víctima, pero se aplican en contextos distintos y bajo reglas legales particulares.
Casos comunes de responsabilidad civil extracontractual
La responsabilidad extracontractual puede presentarse en infinidad de situaciones de la vida diaria.
A continuación, algunos ejemplos comunes donde podrías verte involucrado en un caso de responsabilidad civil extracontractual:
Accidentes de tránsito
Es el caso más típico. Si, conduciendo tu vehículo, ocasionas un choque y causas daños materiales o lesiones a otras personas (peatones, ocupantes de otro carro, propiedad ajena, etc.), estarás incurriendo en responsabilidad extracontractual.
Según datos publicados en el Boletín Estadístico del Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú, en el país se registraron 43.361 accidentes de tránsito durante el primer semestre de 2025 con un saldo de 1441 fallecidos y 27.119 lesionados.
Cada uno de esos siniestros implicó potencialmente reclamos de indemnización a los conductores responsables.
Caídas o accidentes en inmuebles
Si alguien sufre un accidente en tu casa o propiedad debido, por ejemplo, a una condición insegura (un piso resbaloso sin señalizar, una mascota agresiva que muerde a un visitante, etc.), podrías tener que indemnizar a la víctima por sus lesiones.
No hace falta una relación contractual previa (no es necesario que sea un invitado formal o un cliente); basta con que se pruebe tu negligencia en mantener condiciones seguras para terceros.
Actividad empresarial o profesional
Negocios y profesionales también enfrentan este riesgo. Por ejemplo, una empresa de construcción que, durante una obra, causa daños a la propiedad de un vecino, o un médico/cuidador que por negligencia profesional cause un perjuicio a un paciente.
En estos casos no hay un contrato directamente con el tercero afectado (el vecino, el paciente), pero sí una obligación general de no dañarlos.
Un error, descuido o práctica inadecuada puede derivar en responsabilidad civil extracontractual.
Daños ambientales
Las empresas (y personas) pueden incurrir en responsabilidad extracontractual por contaminar o dañar el medio ambiente, afectando a la comunidad.
Por ejemplo, un derrame de sustancias tóxicas que afecte un río y, con ello, perjudique a pescadores o pobladores ribereños, obliga al causante a resarcir esos daños aunque no tenga ningún contrato con los afectados.
Otros supuestos cotidianos
Cualquier situación donde causes un perjuicio sin relación contractual cuenta: desde chocar accidentalmente la vitrina de una tienda con tu bicicleta hasta difundir una información falsa que dañe la reputación de alguien (en este último caso, podría haber incluso daño moral involucrado).
La variedad de escenarios es amplia, pero la constante es la misma: “todo daño causado a otro debe ser reparado”.
Como ves, nadie está libre de verse involucrado en un hecho extracontractual. Un instante de descuido puede traducirse en lesiones, pérdidas económicas o daños materiales a terceros, y conllevar una obligación legal de compensar.
Por ello, es fundamental tomar conciencia de estos riesgos y saber cómo manejarlos.
Consecuencias de causar un daño y cómo proteger tu patrimonio
Ser responsable civilmente extracontractual conlleva consecuencias principalmente económicas y legales.
La finalidad del sistema jurídico civil no es castigarte penalmente (no estamos hablando de cárcel ni antecedentes penales aquí), sino obligarte a reparar íntegramente el daño causado a la víctima.
Esto implica que, si resultas responsable, deberás indemnizar todos los perjuicios que sufrió la otra persona: los daños materiales (por ejemplo, el costo de arreglar un carro ajeno, gastos médicos, lucro cesante por días no trabajados) y los daños morales o personales (el dolor, sufrimiento o afectación psicológica producto del hecho).
El Código Civil peruano consagra el principio de reparación integral, lo que significa que la indemnización busca, en la medida de lo posible, dejar a la víctima en la situación anterior al daño.
No hay un monto tope predefinido
La reparación debe equivaler al daño efectivamente causado, lo cual en caso de lesiones graves o pérdidas importantes puede ascender a sumas muy elevadas.
Impacto financiero
Para la persona responsable, tener que asumir una indemnización cuantiosa puede ser devastador financieramente.
Imagina enfrentar una sentencia de pago de decenas o cientos de miles de soles por un accidente grave.
Si no cuentas con ahorros o recursos suficientes, podrías verte obligado a vender bienes, endeudarte o destinar una parte de tus ingresos futuros para cumplir con la obligación.
En caso de no pagar voluntariamente, la otra parte puede recurrir al embargo de tus bienes o a medidas judiciales de cobro forzoso.
En resumen, un incidente desafortunado de minutos puede traducirse en años de implicaciones económicas para ti, si no estás preparado.
La importancia de contar con seguro
Afortunadamente, existe una forma de proteger tu patrimonio ante estos riesgos: los seguros de responsabilidad civil.
Estas pólizas transfieren a una aseguradora la carga económica de indemnizar a terceros por los daños que puedas causar, dentro de los límites contratados.
En Perú, quizá el ejemplo más conocido es el seguro vehicular con cobertura de responsabilidad civil extracontractual.
Si tienes un accidente de tránsito y resultas civilmente responsable, tu seguro se hará cargo de pagar las compensaciones a las víctimas (daños a otros vehículos, lesiones a personas, etc.) hasta el monto asegurado, así como los gastos legales de tu defensa si hubiera un juicio.
Dato: En el blog de Interseguro puedes leer el artículo Cuál es el primer seguro que se activa tras un accidente de tránsito.
Además del ámbito vehicular, existen seguros de responsabilidad civil general para empresas o individuos, seguros de responsabilidad civil profesional (ej.: médica, legal) y otros especializados según la actividad.
Estos productos están diseñados para responder en caso de que debas indemnizar a terceros por errores, accidentes o negligencias en el ejercicio de tu actividad personal o empresarial.
Contratar este tipo de seguro es especialmente recomendable si sabes que en tu día a día existe cualquier posibilidad de causar daños a otros, ya sea porque manejas un carro, tienes una pyme con atención al público, ejerces una profesión de riesgo, o simplemente quieres estar prevenido.
Precauciones y prevención
Por supuesto, lo ideal es no causar daños. Siempre es importante adoptar medidas de prevención: maneja con prudencia y respetando las normas de tránsito, mantén tu propiedad en condiciones seguras, cumple los protocolos de seguridad en tu centro de labores, etc.
La prevención reduce la probabilidad de siniestros y por ende de responsabilidades. Sin embargo, nadie está libre de accidentes totalmente imprevistos.
Por ello, además de la prevención, la cobertura de un seguro actúa como un colchón de seguridad financiero.
El Seguro Vehicular de Interseguro incluye coberturas de responsabilidad civil que cubren a terceros afectados hasta por US$150.000 por cada persona perjudicada.
Cantidades así pueden marcar la diferencia entre afrontar un evento con tranquilidad o ver comprometida la economía familiar.
Evaluar y adquirir un seguro de responsabilidad civil adecuado a tus actividades te dará tranquilidad y resguardará tu economía.
Recomendación: Si estás planeando salir de viaje con tu carro, puedes leer el artículo Cómo Viajar Seguro en Carretera en el blog de Interseguro.
Preguntas frecuentes
¿El SOAT cubre la responsabilidad civil extracontractual en accidentes de tránsito?
El SOAT (Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito) no cubre los daños materiales ni la responsabilidad civil hacia terceros en un accidente. El SOAT es un seguro obligatorio que cubre únicamente lesiones y muerte de las personas involucradas (ocupantes y peatones), brindando asistencia médica e indemnizaciones legales establecidas, pero no resguarda los bienes.
¿Cuál es la diferencia entre la responsabilidad civil y la responsabilidad penal?
La responsabilidad civil (como la extracontractual) busca reparar un daño mediante indemnizaciones económicas a la víctima, mientras que la responsabilidad penal busca sancionar un delito mediante penas al culpable. Por ejemplo, en un accidente de tránsito grave, el conductor ebrio enfrenta responsabilidad penal (un proceso criminal por el delito cometido) y al mismo tiempo responsabilidad civil extracontractual por los daños causados.
¿La indemnización por responsabilidad extracontractual incluye daños morales?
La indemnización civil extracontractual busca una reparación integral del daño, lo que abarca tanto los daños patrimoniales (aquellos cuantificables económicamente, como gastos, pérdidas, lucro cesante) como los daños extrapatrimoniales o morales. No existe una fórmula matemática exacta para calcular el daño moral, pero el juez evaluará la gravedad de la afectación y fijará un monto razonable.
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