Presupuesto: Cómo Construir Uno en 3 Pasos

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Presupuesto: Cómo Construir Uno en 3 Pasos

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Presupuesto: Cómo Construir Uno en 3 Pasos

Sabemos que cuando se habla de presupuesto a muchas personas les da pereza o incluso un poco de miedo. El solo hecho de pensar en organizar nuestros ingresos, anotar nuestros gastos, y calcular cómo está nuestro panorama financiero puede parecer un ejercicio aburrido o hasta intimidante. Pero lo cierto es que tener un presupuesto puede ser la clave para mejorar tu vida financiera y alcanzar metas que hoy te pueden parecer incluso ciencia ficción. ¿Cómo lograrlo? En este artículo te enseñaré cómo construir tu presupuesto en solo tres pasos. No te preocupes, no es nada complicado; es más bien una guía sencilla que podrás seguir y adaptar a tus propias necesidades.

 

Si estás buscando mejorar tus finanzas personales y lograr una organización clara de tus ingresos y gastos, entonces conviene empezar por un presupuesto.

Por qué es importante hacer un presupuesto 

Un presupuesto es más que una simple lista de gastos; es una herramienta que te ayuda a tomar el control de tus finanzas. 

Te permite decidir en qué vale la pena gastar y qué cosas podrías evitar para ahorrar más. 

Tener un presupuesto es tener el poder de planear tu futuro, ya sea para salir de deudas, ahorrar para unas vacaciones o invertir en oportunidades que te permitan mejorar tu calidad de vida.

Cómo hacer un presupuesto efectivo

La clave para un buen presupuesto es la simplicidad. No necesitas ser un experto financiero ni tener un título en economía. 

Con solo tres pasos, podrás organizar tus finanzas y trabajar en pos de tus metas sin complicaciones. 

A continuación, te dejo una guía para construir tu presupuesto en tres pasos:

Paso 1: Registra todos tus ingresos y gastos

El punto de partida para crear un presupuesto sólido es llevar un registro detallado de tus ingresos y de cómo utilizas tu dinero. ¡Aquí no hay secretos! 

Saber cuánta cantidad de dinero entra y sale cada mes es la base de todo buen plan financiero.

Ingresos: Cómo empezar

Primero, haz una lista de todos tus ingresos mensuales. Esto incluye tu salario, cualquier ingreso extra que puedas obtener de un proyecto personal, y también aquellos ingresos que pueden provenir de actividades secundarias como ventas o trabajos por cuenta propia. 

Para muchas personas, los ingresos pueden ser variados; quizá no tengas un salario fijo cada mes, o tal vez recibas bonificaciones o ingresos adicionales de trabajos que haces como freelancer.

En ese caso, puedes hacer un cálculo para promediar los ingresos de los últimos seis meses para que tengas una idea realista de cuánto tienes disponible.

Revisar tus ingresos no solo te permitirá conocer cuál es tu poder adquisitivo, sino que también puede ser un incentivo que te lleve a pensar en oportunidades adicionales que puedas buscar para aumentar tus ingresos y por lo tanto tu capacidad de ahorro.

Gastos: Separar los fijos de los variables

Luego, es momento de agregar a tu lista todos tus gastos para entender en qué utilizas tu dinero. Puedes usar una hoja de cálculo o simplemente papel y lápiz, pero la clave está en identificar dos tipos de gastos:

Gastos fijos: Incluyen los pagos que debes hacer mensualmente, como la renta, los servicios públicos (agua, electricidad, gas), y el pago de deudas o cuotas de tu tarjeta de crédito. Son gastos regulares que no puedes evitar y que deberás cubrir pase lo que pase.

Gastos variables: Aquellos que cambian de un mes a otro, como comidas fuera, entretenimiento, compras personales, y cualquier otro gasto que depende de tus preferencias o situaciones del momento.

También puede ser útil categorizar tus gastos, de forma que sea más fácil saber qué proporción del dinero se destina a ciertas áreas. Algunas categorías pueden incluir alimentación, transporte, salud, y entretenimiento.

La razón para tener esta clasificación es que, al saber cuáles son tus gastos fijos y cuáles son los variables, podrás entender dónde puedes reducir o ajustar para cumplir tus metas financieras.

Paso 2: Establece metas y define un plan de ahorro

Una vez que ya sabes cómo se mueve tu dinero, es momento de definir metas financieras claras. 

Estas metas pueden ser a corto, mediano o largo plazo, pero lo importante es que te ayuden a mantenerte motivado para hacer un presupuesto que funcione.

Divide tus metas financieras en tres horizontes de tiempo:

  • Corto plazo (menos de un año): Aquí podría entrar pagar una deuda de tarjeta de crédito, ahorrar para unas vacaciones o incluso comprar algo que has querido hace tiempo.

  • Mediano plazo (1-5 años): Para estas metas puedes considerar cosas como ahorrar para la inicial de un carro o empezar a invertir en algo que pueda generarte retornos interesantes.

  • Largo plazo (más de 5 años): Para muchos, el largo plazo podría incluir ahorrar para una vivienda, para la educación de los hijos o para la jubilación.

Establecer metas claras te ayudará a entender cuánto necesitas ahorrar cada mes para alcanzarlas. 

¡Ojo!, lo importante es que sean metas realistas; no tiene sentido establecer algo que solo te frustre. 

Recuerda, todo es un proceso, y es mejor dar pasos pequeños pero constantes para que no te desmotives.

Lograr estas metas toma más tiempo y esfuerzo, pero un presupuesto bien definido te permitirá alcanzarlas poco a poco.

Asigna un porcentaje de tus ingresos a cada meta

Una vez que tengas tus metas claras, asigna un porcentaje de tus ingresos mensuales a cada una de ellas. 

Una regla sencilla y popular que puedes usar como referencia es la regla 50/30/20:

  • 50% de tus ingresos para gastos esenciales: Esto incluye todo lo que necesites para vivir, como alimentos, transporte, alquiler, etc.

  • 30% para gastos personales: Estos son los gastos "extra" que no necesitas estrictamente, pero que hacen tu vida más placentera (salidas, entretenimiento, hobbies, etc.).

  • 20% para ahorro e inversión: Aquí está el enfoque en tus metas financieras. Este porcentaje podría variar dependiendo de cuán agresivas sean tus metas, pero lo ideal es que siempre puedas ahorrar una parte.

Recuerda que esta es solo una guía, y puedes ajustar los porcentajes según tu situación y objetivos personales.

Paso 3: Utiliza herramientas para mantener el control de tu presupuesto

El último paso es mantener el control de tus ingresos y gastos de manera constante. Afortunadamente, existen varias herramientas que pueden facilitar este proceso.

Herramientas y recursos para tu presupuesto

Hojas de cálculo: Puedes utilizar una hoja de cálculo en Google Sheets o Excel para llevar un registro detallado de tus ingresos y gastos. 

Esta opción te permite personalizar las categorías según tus necesidades y ajustar los montos cada vez que haya cambios.

Aplicaciones financieras: Hoy en día existen muchas aplicaciones que te permiten registrar tus gastos e ingresos de manera automática. 

Estas aplicaciones pueden ayudarte a categorizar los gastos y, lo más importante, a detectar en qué estás gastando de más para hacer los ajustes necesarios.

Cuaderno o diario de gastos: Si eres más de la vieja escuela, y lo tuyo es más con lápiz y papel, un cuaderno también puede ser una opción. 

Lo importante no es cómo lo haces, sino que lo hagas de forma regular y que puedas revisar y ajustar según sea necesario.

Calculadoras online: Para gestionar tu presupuesto de manera más sencilla, puedes apoyarte en un sitio web que ofrezca herramientas especializadas. Por ejemplo, muchas plataformas financieras cuentan con calculadoras online que te permiten estimar tus gastos, proyectar tus ahorros o incluso visualizar cómo distribuir tus ingresos de forma eficiente. Estas opciones son ideales si buscas simplicidad y accesibilidad desde cualquier dispositivo.

Ajusta y evalúa tu presupuesto

Nadie tiene un presupuesto perfecto desde el primer intento, y es importante entender que los presupuestos son guías flexibles.

Puedes revisar cada mes cómo están tus ingresos y gastos, y si es necesario, ajusta las cantidades asignadas a cada categoría.

Es posible que en algunas ocasiones tengas gastos inesperados, como reparaciones en casa o gastos médicos. 

Mantén cierta flexibilidad y evalúa tus finanzas de manera constante para saber cómo está funcionando el plan que diseñaste.

Consejos para hacer un presupuesto más eficiente

Aquí te dejo algunos consejos adicionales que pueden hacer que tu presupuesto sea más eficiente y realista:

  • Cuidado con la tarjeta de crédito: Usar una tarjeta de crédito tiene sus ventajas, pero también puede representar un riesgo si no se controla bien. Incluye siempre los pagos de la tarjeta en tus gastos fijos, para evitar acumular deuda.

  • Evita los gastos hormiga: Muchas veces nos quejamos de que no tenemos dinero para ahorrar, pero si revisas en detalle, podrías encontrar "gastos hormiga" que están afectando tu presupuesto. Esas pequeñas compras como cafés, snacks o suscripciones innecesarias pueden sumar una buena cantidad al final del mes.

  • Busca promociones y ofertas: Al momento de hacer tus compras, busca siempre promociones y descuentos. A la larga, esto podría generar un ahorro significativo, y cada sol cuenta cuando se trata de cumplir metas.

  • Ahorro automático: Configura transferencias automáticas a una cuenta de ahorro cada mes te ayuda a que ahorrar sea una prioridad y no algo que haces solo si queda dinero al final del mes.

Llevando tu presupuesto a la realidad

Hacer un presupuesto puede parecer un reto, pero en realidad es una herramienta poderosa que puede llevarte hacia una mejor organización y seguridad financiera. 

La clave está en ser constante y no perder de vista los objetivos que te planteaste desde el inicio. 

Recuerda: No hay una sola forma de hacer un presupuesto perfecto. Cada persona, familia o empresa tiene necesidades distintas, y lo más importante es encontrar lo que mejor funcione para ti. 

Tener un plan financiero no solo te da control, sino también la oportunidad de alcanzar tus metas y vivir la vida que deseas.

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